Supercopa: River le ganó a Boca

Gonzalo Martínez, con un gol de penal a los 18 minutos, e Ignacio Scocco, en el vértigo de un soberbio contragolpe a los 69, sometieron a Boca Juniors y le dieron a River Plate el título de la Supercopa.

El 2-0 abrió un abismo entre los dos más enconados rivales del fútbol argentino que se citaron en el estadio Malvinas Argentina, de la ciudad de Mendoza para disputar la sexta edición de esta final.

La victoria y el título del equipo conducido por Marcelo Gallardo ofrecieron un revulsivo luego de una temporada complicada que lo tiene en la decimoctava posición de la Superliga argentina.

Para Boca, en tanto, esta derrota opaca su liderazgo absoluto en el torneo doméstico y sufre un duro golpe emocional de cara a la recta final del campeonato y su participación en la Copa Libertadores.

Esta fue la segunda oportunidad que River y Boca definieron un título en un mano a mano, la anterior había sido en el Nacional de 1976, cuando el Xeneize se había impuesto con un gol de Rubén Suñé.

El encuentro comenzó parejo pero sufrió un rápido quiebre al minuto 18 cuando el creativo colombiano Edwin Cardona derribó en su área a Ignacio Fernández.

El árbitro Patricio Loustau marcó el penal y Gonzalo Martínez lo cambió por gol ante el portero Agustín Rossi.

Boca sintió el mazazo y se fue quedando sin recursos. Ni su figura Carlos Tevez pesó.

En el complemento emergió la figura del arquero Franco Armani, que llegó en este verano desde Atlético Nacional y que tuvo en Mendoza su primera noche destacada con el equipo de la Banda Roja.

Tres grandes intervenciones ante Pavón, Fabra y Nández evitaron el empate y mantuvieron la ventaja en el tanteador para los conducidos por Marcelo Gallardo.

Y en el minuto 69 una corrida sensacional de Ignacio Fernández terminó con un pase a Gonzalo Martínez que tras recortar y dejar en el camino a Fabra envió un certero centro para la llegada goleadora del ingresado Ignacio Scocco.

Con el 2-0 en el tanteador, River se sintió muy cómodo, mientras que Boca comenzó a desesperarse y no encontró respuestas pese al ingreso del centrodelantero Ramón Ábila.

El triunfo de River le permite a Gallardo revitalizar su idilio con el público millonario, mientas que abre para Barros Schelotto una herida que tardará en cicatrizar para el mundo xeneize.