Histórica cumbre: el Papa pidió «medidas concretas» contra “los abusos sexuales» en la Iglesia

El papa Francisco abrió hoy una histórica cumbre para tratar el escándalo de abusos sexuales de menores por parte de sacerdotes, un horror que ha dañado como nunca la credibilidad de la Iglesia Católica, y reclamó «medidas concretas».

«Escuchemos el grito de los pequeños que piden justicia. El Santo Pueblo de Dios nos mira y espera de nosotros no solo simples y obvias condenas, sino disponer medidas concretas y efectivas», expresó el sumo pontífice.

«Frente a la plaga de los abusos sexuales perpetrados por hombres de Iglesia contra menores, he pensado convocarlos para que todos juntos nos pongamos en escucha del Espíritu Santo y dóciles a su guía. Escuchemos el grito de los pequeños que piden justicia», dijo el Papa en su discurso de inauguración del encuentro, el primero de este tipo en la historia de la Iglesia.

Lo escuchaban en el Aula Nueva del Sínodo del Vaticano, en silencio, los 114 presidentes de conferencias episcopales de todo el mundo convocados, cardenales de curia y presidentes de congregaciones religiosas.

El Papa llegó hasta allí caminando y saludó uno por uno a todos los asistentes. Dio un discurso breve, pero contundente.

En la plegaria se habló enseguida de los abusos y pidió «que se haga justicia a los heridos».

«Grava sobre nosotros el peso de la responsabilidad pastoral y eclesial que nos obliga a discutir juntos, en manera sinodal, sincera y profunda, sobre cómo enfrentar este mal que aflige a la Iglesia y a la humanidad», dijo el Papa.

Entre los altos prelados de todos los continentes estaba el arzobispo de San Isidro, Oscar Ojea, titular de la Conferencia Episcopal Argentina. El Papa habló en italiano, pero los obispos contaban con traducción simultánea.

Al comenzar una cumbre considerada histórica, ya que hasta hace poco el tema de los abusos era tabú, Francisco en su breve discurso también pidió a los presentes «coraje», «espíritu de parresía» y «ser concretos». Además, les entregó un documento, «líneas guías» sobre el tema, que definió como un «simple punto de partida».

El pontífice agradeció a los organizadores del encuentro e hizo un llamado final al Espíritu Santo: «Para sostenernos en estos días y ayudarnos a transformar este mal en una oportunidad de conciencia y de purificación».

«Que la Virgen María nos ilumine para tratar de curar las graves heridas que el escándalo de pedofilia ha causado tanto en los pequeños, como en los creyentes», concluyó.

En la cumbre, en la que el Papa siempre estará presente, se escucharán nueve disertaciones, habrá sesiones de preguntas y respuestas y los obispos se reunirán en grupos lingüísticos para discutir.

Fuente: La Nación.